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Los órdenes de la ayuda

La ayuda es una parte esencial de nuestra experiencia como seres humanos. Todos necesitamos ayuda en muchos momentos de nuestras vidas, pues nadie es tan autosuficiente que pueda solucionar en soledad todas sus dificultades. Al mismo tiempo, todos podemos prestar ayuda, pues nadie es tan débil o limitado que no pueda cooperar con otros.

Prestar ayuda y ser ayudados es una forma de conectar con los otros y es una necesidad humana básica. Quien no entra en este intercambio, acaba aislándose y no se desarrolla como ser humano.

Como en todo intercambio, éste se regula por la necesidad de equilibrio entre el dar y el recibir. Aquel que recibe ayuda, siente la necesidad de devolverla, en la forma en que le sea posible. Pero para que la ayuda sea efectiva, la persona que recibe la ayuda debe estar necesitada y dispuesta a recibirla, y en una medida razonable. Este intercambio, une. En cambio, cuando la ayuda que se presta no es reclamada, o no se da en la medida adecuada, tiende a separar a las personas.

Como en el caso del Amor, la ayuda tiene unos órdenes, que cuando se siguen hacen que ésta sea provechosa:

  • Uno da solamente lo que tiene y solo espera o toma lo que necesita. Hay límites en el dar y el recibir, y el arte de ayudar a otros requiere que seamos conscientes de esos límites, aceptándolos. De este modo, se ayuda a quien lo pide, y en la medida en que podamos y sea conveniente dar esa ayuda.
  • La ayuda debe someterse a las circunstancias que existen. No busca cambiar lo que no se puede cambiar, puesto que eso debilita a quien ayuda y quien recibe esa ayuda.
  • La persona que presta ayuda debe auxiliar a un adulto, que se comporte como tal, que asuma la responsabilidad de su propia vida y que no busque, en quien ayuda, un sustituto de sus progenitores.
  • La persona que ayuda debe ver a quien solicita ayuda como parte de un sistema.
  • La ayuda sólo pude estar al servicio de la reconciliación, aceptando a la persona tal como es, sin juzgarla ni ser indiferente ante ella. Para ayudar de manera eficaz, hay que abrir el corazón y acoger al otro.

Seguir los órdenes de la ayuda, contribuye a que el amor crezca en las relaciones humanas.